LA LECHE

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Siempre me ha encantado que al hablar de algo fantástico, chido, padre, guay, bueno, chingón, se pueda decir que «es la leche». Nada mejor puede explicar lo bueno del líquido blanco que sale de nosotras y de todas las demás mamíferas.

La leche

Seguramente no resulta emocionante para todas las madres, pero creo que la mayoría nos ilusionamos con la idea de, además de formar un ser humano desde cero, poder nutrirlo por completo. Suena como un súper poder, o al menos como una habilidad levantadora de ego, que precisamente llega en el momento en que nos sentimos más cansadas y confundidas: el post parto (puerperio).

Así que la llegada de la leche (subida o bajada), viene a reivindicarnos como mujeres que podemos, y a los críos los hace sentirse cerquita de nosotras, reconfortados, felices.

La historia suena muy hermosa, nutre el alma. Pero la realidad no siempre es tan romántica.

Como ya les he contado me gusta documentarme, por mera afición. Así que la lactancia no fue excepción. Leí al respecto, limitándome porque tampoco quería saturarme de información. Y me sentía confiada en mis habilidades.

Llegó el hijo chilaquil y todo perfecto, desde el primer momento pegado a mi, sin problemas, aunque a partir del segundo día empecé a tener un poco de dolor pero supuse que era normal y así me lo dijeron (la pediatra, mis amigas, el ginecólogo, mi familia) así que seguí y seguí con la lactancia a demanda.

Ya desde ahí empezó uno de los conflictos, el término «libre demanda» pareciera muy complejo para los demás «libre» es un término simple, no hay duda. Pero todos interpretan diferente. Un médico dice una cosa, otro otra, la familia otra. Y al ver a un bebé pegado literalmente a la madre, empiezan a decirte que no está bien, que se mal acostumbra, que no hay tiempo de digerir, que por eso te lastima. Empiezan mil etcéteras.

Como el dolor continuaba y luego empezaron a llegar las grietas me ocupé en informarme más y buscar a las asesoras de La liga de la leche, que para quien no sepa qué es, es una organización sin fines de lucro a nivel mundial donde cuentas con mucha información y asesoras que pueden ayudarte con cualquier tema relacionado con lactancia, tienen juntas semanales y ayudan en esos momentos difíciles en que se está estableciendo bien la lactancia y el agarre y conocimiento son importantes.

Pues fui con una asesora, que además vivía a media cuadra de mi casa así que pude ir caminando, con el hijo chilaquil pegado y el papá chilaquil a mi lado.

La asesoría ayudó, pero no solucionó mis grietas. Tengo amigas que con ir una o varias veces tuvieron y su lactancia de ahí en delante fue maravillosa.

Nuestro caso fue diferente porque el bebé chilaquil no ganaba suficiente peso, le dimos tiempo y más tiempo y para las siete semanas empezamos a complementar y no fue posible hacerlo con leche materna porque no conseguía extraer suficiente.

Sufrí.

Sufrí porque para mi la fórmula era lo peor. El equivalente a alimentar a mi hijo con comida chatarra, porque tratamos de comer sano la mayor parte del tiempo y leer los ingredientes de la fórmula láctea me hacían sentir mal al dársela. Porque sabía que mi leche era lo mejor que podía darle, por muchos motivos, porque estaba convencida que mi cuerpo podía, porque confiaba en mí. Pero cuando empecé a complementarle con mi leche y veía que se la terminaba toda (es decir, le daba pecho y después un biberón con toma completa de mi misma leche y se la terminaba), no pude negar que necesitaba comer más.

Así que le di ese primer biberón de fórmula sintiéndome mal, pero en el mismo momento me sentí mal por no haberlo hecho antes.

Empezó a notarse un cambio en el y su peso muy pronto. Y no se infló, no se convirtió en obeso. No se confundió y dejó de querer el pecho. De hecho a sus ocho meses sigue prefiriendo siempre el pecho.

Pero ese inicio difícil y mis andares por asesorías, nutriólogas, muchos libros, mucho apoyo con amigas, en grupos de facebook, etc. me sirvieron de mucho.

  • Aprendí que la leche materna es lo mejor, siempre, para un bebé. Pero el no darla o darla junto con fórmula no me hace menos madre, ni mala, ni floja.
  • Valoré mucho más el haber sido amamantada.
  • Entendí la importancia de hablar del tema, de compartir todo lo poco o mucho que sé con quienes me pregunten o se topen con la información que doy por accidente.
  • Supe cómo podemos ayudar con el simple hecho de amamantar en público. Con ver a otras mujeres vamos entendiendo las posiciones correctas, que parecen fáciles e instintivas pero cuando tienes a un recién nacido en brazos, lo último que aparece es la lógica y el instinto.
  • Aprendí a no juzgar y sigo aprendiendo a tomar todos los consejos que me dan de la mejor forma, aunque no los pida, aunque no los siga, aunque no me gusten. Porque creo que siempre me los dan con buenas intenciones.
  • Sobretodo aprendí que por más hermoso que pueda ser, por más que nos haga sentir heroínas, se trata de nuestros hijos, no de nosotras.

La leche es una continuación de eso tan especial que experimentamos en la gestación, pero el fin es nutrirlos y la nutrición implica mucho más que grasas y aminoácidos. Implica amor, afecto, atención, cercanía. Y claro que se puede dar pecho sin amor, claro que entonces dar pecho no nos hace mejores madres, ni peores. Es una posibilidad que tenemos casi todas, pero la elección es personal (y a veces circunstancial), habrá a quienes nos cueste un poco más y a quienes les fluya natural.

Y en mi caso, cada toma me recordaba lo importante que era para mi tener a mi pareja conmigo, apoyándome, dándome ánimos, diciéndome que lo iba a lograr.

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Hay cosas que no podemos hacer solas y en mi caso, la gestación, el parto, la lactancia y la crianza van siendo siempre de la mano del papá chilaquil que me hace el camino más llevadero, me escucha, me echa porras y me recuerda que puedo y que valgo mucho por estar ahí para el hijo, siempre.

Y claro, yo hago mi parte en lo que me toca desde fuera con él y su historia con la paternidad.

Es justo a eso a lo que me refiero con mi gusto por la expresión de «es la leche», todo este camino que recorremos las recién paridas, todo lo que vivimos al rededor de algo tan simple como alimentar a nuestro bebé, sea de la forma que sea que lo hagamos, eso es lo que nos hace crecer como pareja, como mujeres, como madres y es lo que le damos de mamar al hijo, sea del pecho, del biberón, del vaso o de lo que sea.

Así que a valorar cada día más lo que somos, lo que creamos y lo que ofrecemos. Y a saber que la leche tiene mucho más significado detrás.

¡Muchas gracias por leer!

12 comentarios en “LA LECHE

  1. Grecia dijo:

    Qué atinado todo eso que escribes. Ahora mismo me encuentro en ese proceso tan conflictivo de la lactancia, desde el punto de vista de mujer que no logra superar el dolor y la falta de «llenado»; el toparse con mujeres que juzgan a mujeres que utilizamos fòrmula es de las peores cosas con las que me topado en esta etapa. Gracias de nuevo!

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    • MAMA CHILAQUIL dijo:

      Si, pasan muchas cosas con la gente y sus opiniones, da para mucho más que hablar. Si gustas contáctame por fb para orientarte sobre asesoras para que este momento de conflicto pase y puedas disfrutar la lactancia el tiempo que tu y tu bebé quieran. Saludos!

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  2. Tania dijo:

    Muchas gracias por compartir esto, tu publicación me cayo del cielo, yo tengo gemelos y a pesar de hacer todo al pie de la letra (libre demanda) como me indicaron en la liga de la leche, mis bebes no se llenan y de igual forma sentí horrible darles formula, el primer biberón se los di llorando sin poder quitarme ese sentimiento de derrota, de no ser lo suficiente… Tu comentario me recuerda que lo importante es dirigir todo este amor que siento por ellos siempre con el fin de que estén bien. Muchas gracias de nuevo y te mando un gran abrazo de mamá lechera a mama lechera 😛.

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  3. Alejandra dijo:

    Justo estoy pasando por eso , acabo de ser mamá, y queria alimentar a mi bebé al libre demanda , mi esposo me a ayudado mucho, pero cual a sido mi sorpresa y frustración de tener que llevar a mi bebita a urgencias por deshidratación (leve) pero lo peor fue escuchar decir a la Dra. : tiene que complementar con leche de fórmula, por que su bebé no se esta llenando… Sufro aunque espero poder lograr el objetivo , alimentar a mi niña con leche materna, aún falta un largo camino.

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  4. Karina dijo:

    Hola!! Me encanto el post, hace casi dos meses soy mamá y empece con lactancia mixta hace dos semanas ya se alimenta sólo de mi… Darle fórmula me lleno de culpa y al hablar con mi mamá y escucharme desesperada hubo algo que detonó un cambio cuando me dijo «disfruta a tu hija deja de estresarme, todo el tiempo sólo hablas de eso, no pasa nada si la complementas con fórmula, más adelante sólo tu la llenarás, ve a la niña, disfrutala el tiempo se pasa volando ella esta sanita» entonces me di cuenta que esta olvidandome de verla, llenarla de besos, disfrutar sus sonrisas, sus ojos, por sólo pensar y leer en la forma de llenarla… Al soltar mi exigencia por ser la mama perfecta y dedicarme a disfrutar y dejar que todo fluyera… Fluyó la leche para mi beba… Creó que la clave fue aceptar y relajarme… Aunque la gran mayoría de las madres sabemos que la leche materna es el mejor alimento, no para todas fluye tan fácil y el.compartir nuestra historia ayuda para darnos cuenta que todo lleva su tiempo, que las circunstancias son diferentes para cada quien… Lo más importante no juzgar a ninguna mujer, no sabemos su historia ni sus circunstancias…

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